Estar güelío en navidá
En este Día de Acción de Gracias y comienzo ‘oficial’ de la temporada navideña quiero hablarle a todos aquellos quienes andan con el moco caído y sin muchas razones para celebrar.
Los veo. Los abrazo. No están solos.
Estar güelío en navidad es peor que ser la única persona sobria en una fiesta en la que todos ya están jendíos. Not fun. Not fun at all.
Este año ha estado pesaíto. Coño, es que si nos ponemos a ver, los últimos cinco años han estado del carajo para muchos. Razones personales y/o colectivas demás tenemos pa’ndar cabizbajos.
Es tanto lo que se ha perdido. Y no solo en lo material, sino en todos los otros renglones. Y esos ‘otros’ son los que más joden.
Quisiera decir que al final siempre nos queda la esperanza, pero sé que no son pocos los que ya hasta eso han perdido. Estar así de ‘apestau’ es bien fuelte fuelte fuelte.
Cuando llegamos a ese punto solo nos queda una cosa por hacer: meter el ‘overdrive’ y agarrarnos con toda nuestra fuerza y disciplina al saber que mañana es otro día y que ya vendrán tiempos mejores.
Coño, que sé que con la boca es un mamey. Pero es que yo he estado en esas. ¿Qué me sacó? La fé de que yo no tengo que saber cual es la solución sino solo confiar en que existe y llegará en su momento.
Sé que ‘Fé’ no es una palabra que resuena con todos y que ha sido secuestrada por dogmatismos. Para mí la fé es otra cosa mucho más grande pero no me voy a poner a escribir sobre eso porque ahí sí que no acabamos.
Para quienes han perdido a alguien, un abrazo. Pa’ mi que el truco está en no creerse eso de que con el tiempo todo se olvida, no es verdad. Uno crece, sana y se expande. El corazón llegará algún día a poder honrar sin romperse a quien ya no está.
Para quienes están empezando desde cero y no encuentran ni debajo de la alfombra algo por lo que estar agradecidos, un abrazo. Un día a la vez. A veces una hora, un minuto o una respiración a la vez, pero pa’ lante. Todo pasa.
Para quienes están asediados por la soledad , un abrazo. La época no es facil para quien sufre solo. Pa’ mi que lo único que le quita ese marasmo a uno de encima es el hacer actos de servicio. Apúntense para ser voluntarios de lo que sea que resuene con usted. Ayudar nos ayuda.
Para quienes batallan con su salud mental, un abrazo. Sé que buscar ayuda es cuesta arriba, pero no se queden callados. No se aislen aunque eso sea lo que quieren hacer. No van a dañar la fiesta por estar tristes. Dense la vuelta por la reunioncita familiar aunque sean solo quince minutos por reloj.
¡Los necesitamos a todos!
Hoy les regalo todos los centavos que hay en mi alcancía en agradecimiento y me despido recordándoles que la Luz Divina que brilla en mí es la misma que brilla en tí que me lees y en los corazones de todos los humanos.
Todos somos uno. Nos tenemos.