‘Twas the night before Christmas and not all was quiet in town,
Not one kid was in bed, and it was very, very loud.
Gather ‘round my friends, I have a story to tell,
but not one of reindeers or snow, instead, it is one of our very own.
En San Juan los pleneros todavía le daban al pandero.
Algunos subían cantando, otros bajaban rodando como carnero.
Los de la SanSe decían que seguirían, hasta que Colón baje el de’o.
De la Dásernas hasta el Totem bailaban los pariceros.
Y desde Cataño, a lo lejos, se escuchaba un tamborilero.
Enveldá que en San Juan, lo que había, era un reperpero.
Pipo, el muy eScrooge, se había dormido en un sillón
Después de haberse jarta’o hasta el rabito ‘el lechón,
también se había esmanda’o bebiendo pitorro y ron,
mientras dando cabezazos y roncando, esperaba a Santa Cló
con su listita en el bolsillo, que con tanto empeño escribió.
Cuando de la catedral la última campanada sonó
en vez del gordo colora’o, quien desde la Rogativa bajó,
fue un caballo blanco que orondo relinchó:
‘Soy el Fantasma del Pasado, Carlos Romero Barceló.
‘Vengo del más allá, desde las de las pailas del infierno,
A verte a ti, Pipo, porque no falla, siempre tienes un peo.
Para decirte donde terminarás si no te acuerdas del pueblo,
Y que si no enmiendas tu rumbo, tú también vas pa’l caldero.’
Pipo pegó un brinco y dijo, ‘¡Ay no, eso está muy feo!
Déjame buscar a Cari, ella es la que sabe de eso’.
Pero agarra’o por la guayabera se lo llevó Romero
A repasarle las desgracias en el Salón de los Espejos.
En uno vio a Alfonsina, abatida en Villa Sin Miedo,
Desde otro lo acusaba, inocente, el niño Lorenzo.
La biblia del infame juramento, se veía en el tercero.
En el último espejo, furioso, lo condenaba todo un pueblo.
‘Esto le hicimos los gobernantes a todos los puertorriqueños.
Te toca a ti arreglarlo porque pa’ eso corriste, so pendejo.
Te lo digo yo, que por Maravilla y más todo esto,
por toda la eternidad me quemaré en el infierno.
‘No le hagas más caso a Cari, esa ave del mal agüero,
Ella no quiere votos, solo quiere su progreso.
Ni a Jgo ni a Shatz le importas, lo que quieren es verte tieso.
Pero si empiezo no termino, porque tu listado es extenso.
Solo digo que si lo de LUMA es malo, lo de Salud es perverso,
Y por eso tú también vas, rumbo a las pailas del infierno.
‘Y ahora, prepárate’, le dijo impávido Romero,
‘Te presento al Fantasma del Presente, el irreverente Conejo,
Que con micrófono en mano, ante el mundo te ha tira’o al medio
Y que donde quiera se pare, sin piedad, te roe el hueso’.
‘Pipo’ le rapeó encabrona’o el Conejo,
‘a ti Estensbi te ha forra’o el bolsillo de pesos.
Él te dio un billetal a cambio de fácil acceso.
Desde entonces te has creído intocable en tus excesos,
Y mira que le has da’o duro, que hasta te has puesto obeso.
‘Pero mira que incluso tus panas, ya están en el reculeo.
Si te contestan te dicen, ‘Acho, Pipo, deja eso.
Ya a lo que tu apestas es a pesca’o muerto,
no queremos el negocio, aunque los chavos ‘tén buenos.’
‘Así que mira a ver que haces, Pipo, que todavía queda tiempo
Pa’ ver si finalmente te acuerdas de tu pueblo,
Que si el tercio te eligió, fue pa’que trajeras progreso
Y que aunque Puerto Rico está cabrón, todavía no está muerto.
Entonces volvió a entrar lo que quedaba de Romero.
‘Ahora te voy a enseñar las consecuencias de tus hechos,
Aquí está el Fantasma del Futuro, con la orden de tu arresto.
Él tiene muchos nombres, pero llámalo Juan del Pueblo.
‘Vengo a buscarte por pillo’ dijo muy serio el espectro,
Por solo jugar pa’ tu equipo y ser amigo de lo ajeno.
A tus cuates le has regalado el patrimonio del pueblo.
Nos tumbaste hasta la corriente y nos dejaste sin anhelos.
Empeñaste sin pensarlo, el futuro de nuestros nietos.
‘Pero lo tuyo ya ha llega’o, te atraparon los sabuesos.
Entre lo del cuña’o y el pana, pa’ti, ya no hay regreso.
Si los primos cantan, papá, nadie quedará ileso,
Y los de tu partido, poco a poco, irán todos presos.
‘No te sorprendas si te llaman pa ’dar cara en el congreso
Antes de que en alguna cárcel, Cari y tú, hagan su ingreso.
Si Ricky salió botaó y lo de Wanda ya está en progreso,
Lo tuyo llegó en grande, y te aseguro, no será menos.
‘Pipo, ha llegado la hora’, le susurró al oído Romero,
‘despiértate ahora, que todavía tienes tiempo,
Pa’ no acabar como yo, ardiendo en el infierno.’
Entonces desapareció, dejando todo en silencio.
Pipo dio tal brinco que le dio con la chola al techo,
gritó y lloró, histérico, mientras se arrancaba los pelos.
‘Yo solo quería ser gobe, desde que estaba en tercero,
No era pa’ser malo, sino pa’ que me dieran dinero.’
Cari llegó en chancletas a ver cuál era el suceso
‘es que a asustarme con la cárcel vino el fantasma de Romero’.
La hermana le dijo ‘nene, tranquilo, que no estamos pa’eso.
Yo tengo tó cuadra’o, nosotros, siempre salimos ilesos.’
‘Date otro palo’e pitorro y déjame a mí todo esto,
Es lo que has hecho hasta ahora, ¿porque cambiar el proceso?
Duérmete tranquilo nene, que de aquí, yo no me muevo.’
Mientras tanto por la Calle del Cristo bajaba lento el trineo.
No era rojo y dorado, sino tintea’o y negro.
Adentro estaban los federales, con el volumen en exceso.
Todos cantaban a coro, parafraseando al Conejo,
“Si esta es la casa del pueblo, pues nos los llevamos a ellos.’
Y así termina el relato, con Santa Cló cruzando los cielos,
Repartiendo desde su trineo, pasteles, pitorro y panderos
Mientras se llevaban a Pipo y Cari para siempre presos
y celebraban la navidad en grande, (casi) todos los puertorriqueños.