Los Reyes van a Fortaleza

Había una vez y dos son tres

Y si no era pan era ¿un mantecado?

Sírvanse el café que hoy sí que nos vamos.

Y será bien pa’largo con esta historia contando.

Por la Calle del Cristo venían bajando

Muy contentos los Tres Reyes Magos

Allá por la SanSe alguien les había dejado

Junto a la caja de grama para sus caballos

En una bolsita plástica un inusual regalo:

Un pasto que no había sido comprado

Ni tampoco de un patio arrancado.

Sino sembrado en el monte y con cariño cuidado

Y que en una jalá los había ya dejado

Un poco vaguitos y bien arrebatados.

‘¿Paramos en el Batey? Ya yo quiero un trago.’

Dijo Baltazar que ya estaba harto y cansado.

Ya Marías no existe y tó lo otro está cerra’o.

Seguro que tienen algo pa’ unos Reyes trasnochados.

Es que hay sed y munchies, y total, ya los regalos

Por todo el archipiélago ya los hemos dado.’

‘Ya quisiera yo que hubiésemos acabado,

Pero nos falta una visita’ dijo Melchor sin entusiasmo,

‘ese que nos queda, siempre resulta complicado.

No agradece y solo exige, él es demasia’o afrentado’.

‘Hay que joderse’ Baltazar protestó enchismado.

La nota ya su buen juicio había nublado.

‘A mi me duele la espalda de ir de uno pa’ otro lado

Esta corona me pesa y ya quiero darme un baño.

¿Pa’ que esforzarnos tanto si ese no pasa trabajo?

Allí ni cajitas dejan, ¿por qué le vamos a llevar regalos?’

‘Háganme un favor y no se pongan malcriados’

Dijo Gaspar quien era de todos el más sensato

O más bien fue quien menos jaló del gallo.

‘No es a nosotros que nos toca ser de él jurado

Esa será responsabilidad del electorado.

Si él le pichea a su faena por ser tan vago

Nosotros no nos reduciremos a ese bajo grado.

Vamo’ acabar ya con esto, lo tenemos encomendado’.

Así hicieron su entrada a Fortaleza los Reyes Magos

Y en la cochera dejaron los caballos amarrados.

No se les fueran a ir, ellos también estaban cansados.

Este año de Juana Díaz hasta Roma habían cabalgado.

Subieron sin hacer ruido, para a todos despistarlos

Y poderse ir rápido a finalmente darse los palos.

Ya bastante habían trabajado repartiendo los regalos

Bajo las camitas de los niños que muy ilusionados

Habiendo puesto la yerba, temprano se habían acostado.

Pero grande fue su sorpresa cuando encontraron sentado

A Pipo en un sillón con su arrugada lista esperando.

‘Saludos, que bueno que por fin han llegado.

Santa Clo’ no vino, el gordo me dejó arrollado

Recurro a ustedes ahora, mis queridos Reyes Magos.’

Los tres se miraron incrédulos, eso estaba del carajo.

Pipo creía que así a ellos podía tratarlos.

De que no le dieran su lugar ya ellos estaban cansados.

Encima visitando toda la isla ya se habían enterado

De todas las inusticias que contra el pueblo él había perpetrado.

‘Así no funciona la cosa’ dijo Gaspar acalorado.

Se le había acabado la paciencia y le apretaban los zapatos.

Lamentó no haber cogido otra jalá del gallo.

Si Pipo iba a ponerse en esas, Gaspar guardó en el saco

La guayabera y las medias que le tenía pensado

Mejor ellos le darían otro tipo de agasajo

Uno en el que fuera el pueblo quien fuese beneficiado.

‘Nosotros somos los que decidimos cual va a ser tu regalo

¿Dónde están las cajitas que a los caballos has dejado?

Porque por más que las busco, ninguna he encontrado.

Igual que con el pueblo, solo quitas y nada le has dado’

Dijo el Rey Mago bastante encojonado.

Baltasar y Melchor se reían ¿y Pipo?, sudando.

Mientras Gaspar le decía, ‘Pero nosotros no fallamos.

Pediste que viniéramos así que prepárate pa’tus regalos

Que para ti hemos encontrado, en el fondo de los sacos

Unas cositas muy monas, para que sean tu aguinaldo.

Baltazar soltó los Doritos que bajo la mesa había encontrado

Y dijo ¡el mío primero! Ya lo tengo bien pensado

Te dejo esta Mano Santa pa’que la dejes en tu cuarto

Y te acuerdes de ella cuando como cual Midas tornado

Todo lo que toques ya no se te ponga dorado,

sino que todo sea en mierda transformado.

Melchor de la pavera, por el piso arrastrando

Se sacó de la boca un polvorón ya esmonga’o

Que olvidado en una esquina alguien había dejado.

Le dijo Pipo, ‘Ahora es mi turno para darte mi regalo.

Aquí tienes esta pluma, pa’ que firmes todo pacto.

La tinta cambia de colores según tu pensamiento elevado.

Roja para las mentiras, verde para fondos tumbados.

Invisible será si pa’ tus amigos del alma es el pérfido contrato.

Gaspar, dejando el coquito que se había servido a un lado,

Le djio ‘Pipo ¿estás ready pa’l que te tengo reservado?

Es el más importante regalo que esta noche habré dado

En verdad no es para ti, es para la gente a tu lado

Y todos los constituyentas a quien tu espalda has mostrado.

Quisiera comprarte un pasaje a las mismas ventas del carajo

Pero eso no basta para alguien que ha hecho tanto daño.

Para ti tengo un especial regalo, bebe de esta caneca un trago.

Te prometo será el mejor que en tu vida hayas probado.

Pipo lo miró, francamente sospechando,

No había quedado complacido con los otros dos regalos,

Pero él nunca le había que no a un espíritu añejado

Y el que Gaspar le ofrecía, olía a whiskey del bien caro.

Mientras los otros dos Reyes seguían rebuscando

Entre las sobras del party, munchies pa’calmar el arrebato

Y riéndose del ardid que Gaspar estaba tramando

Pero que el mismo Pipo por lambío, él solito se estaba enredado.

‘Ese licor que con tanto entusiasmo has tragado

Te dejará sobrio para siempre, más nunca estarás ajumado.

No habrá más vodka, ron ni jerez amontillado

Que te haga efecto, por más que te des el palo.

Solo resaca tendrás, pero sin la jienda haber disfrutado.

Verás tal cual son a quienes tienes a tu lado

Y cuando mires al espejo, verás a lo que has llegado.

De ahora en adelante no estarás más anestesiado

Y sentirás las penas del pueblo que tan mal has gobernado.

Ya se iban a despedir cuando un poco despistado

‘Ay carajo’, dijo Gaspar,’ ya casi había olvidado

Antes de despedirnos una sorpresa te guardamos.

Que te la diéramos, Santa Clós nos la había encargado

Es que, de ahora en adelante, ¡siempre estarás alambrado!

‘Los federales estarán al tanto de toditos tus actos

Y no habrá convenio en el que entres sin dejar rastro del pacto.

Por siempre tira’o al medio terminarás quedando.

Ni Cari te hablará por miedo a caer en el cercado.

Ahora nos despedimos, nos hemos ganado el descanso

A buscar una alcapurria y bacalaítos nosotros vamos

Y a ver si encontramos un chinchorro pa’ darnos un par de palos.

Iremos a celebrar que esta noche el pueblo ha salido ganando.

Y así se fueron los Reyes y se montaron en sus caballos

Melchor sacó del bolso un moto ya un poco estrujado.

Gaspar, habiendo ya prendido, jala’o y pasado,

‘Esta noche hemos hecho muy buen trabajo’.

Baltazar contestó mientras otro estaba enrollando,

‘eso es así muchachos. De nadie nos olvidamos.

Hasta a Pipo, sin merecerlo, le hemos hecho sus regalos.

Y dejen que pase el tiempo, él nada ha sospechado

que todo esto no va a ser nada cuando lo haya comparado

con lo que le recibirá bajo su litera, el próximo año.’

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